Los fonemas se clasifican en dos grupos, las vocales y las
consonantes, con base en las diferencias articulatorias entre ambos. A
continuación, se mencionan algunos elementos descritos por Loría (2010:
161-167), que permiten entender las estructuras del lenguaje oral.
Punto de articulación: se refiere a los puntos que tocan los articuladores, al momento de emitir o articular un fonema.
Modo de articulación: la forma en que el aire sale rozando los articuladores.
Acción de las cuerdas: durante la fonación, las cuerdas
vocales pueden vibrar o no vibrar. Si las cuerdas vibran se llaman
fonemas sonoros y, si las cuerdas no vibran, se denominan sordos. Por
convención, se clasifican según los siguientes colores, los sonoros se
escriben en rojo y los sordos en azul.
Acción del velo del paladar: se origina en los fonemas
orales, al elevarse el velo del paladar y producir un cierre el aire
solo puede salir por la boca. En los fonemas nasales se producen cuando
el velo se mantiene bajo y el aire puede salir por la nariz, por lo que
al descender el velo del paladar se deja abierta la entrada a la cavidad
nasal, obliga al aire a salir por las fosas nasales.
Acción de los labios: la colocación de los labios influye
solamente al articular las vocales, lo que permite distinguir entre
vocales labializadas como la /a/ /e/ /i/ y las vocales deslabializadas
/o/ /u/.
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